jueves, 19 de octubre de 2017

"Suspiros de España" (1938) Benito Perojo


¡Hola suspireros!

Bienvenidos a mi canal de cine español. Hoy os traigo el comentario de una película dirigida por el madrileño Benito Perojo en Alemania en 1938, durante el triste período que supuso la guerra civil española. con Estrellita Castro y Miguel Ligero como protagonistas "Suspiros de España"


El estallido de la guerra civil imposibilitó de forma casi inmediata la producción de películas de ficción en los estudios nacionales, por lo el oficio cinematográfico durante estos años se limitó al rodaje de documentales en el frente para uno y otro bando. La CNT puso en marcha varios títulos de tinte político y social en Barcelona influidos por las circunstancias bélicas en las que el sindicato estableció el sueldo único, para técnicos, actores y realizadores. Paralelamente los cineastas de carácter más conservador y próximo al bando franquista viajarían a la Alemania de Hitler con el beneplácito del propio Goebbels, ministro de propaganda nazi que pondría a disposición de los equipos hispanos los estudios de la UFA. En este contexto se crea la Hispano Film Produktion, una empresa productora que bebe de las raíces de la española Cifesa y en la que Florián Rey y Benito Perojo, los realizadores más importantes de esta realizan cinco películas musicales con Imperio Argentina y Estrellita Castro como protagonistas. Así como Florián, esposo de Imperio, tenía a la artista argentina máxima estrella por entonces de la pantalla española, como centro de su universo cinematográfico, Perojo haría lo propio con la Castro que se convertiría en la protagonista de toda la producción del realizador madrileño durante este período, alzándose en la segunda figura en importancia del cine folclórico nacional tras la alargada sombra de Imperio Argentina. "Suspiros de España" fue el más popular de los tres títulos que Estrellita Castro rodó en Alemania a las órdenes de Benito Perojo durante este período y el que más contribuyó a afianzar su estrellato cinematográfico y las bases de su personalidad en la pantalla, sin embargo resultó también el menos interesante de ellos, aunque no está desprovisto de algunos aciertos y mantiene un agradable aire popular, propio del cine anterior a la dictadura en el que los argumentos se volvieron más encorsetados en sí mismos, perdiendo parte de su frescura. En este sentido "Suspiros de España" se encuentra en cierta forma en esa transición, a medio camino de un modo y otro de hacer cine en nuestro país.




Estrellita Castro se encontraba trabajando en Sevilla, en zona franquista durante la contienda, cuando es requerida por Perojo para colaborar en el primer proyecto del realizador en los estudios de la UFA, "El Barbero de Sevilla" (1938), adaptación del drama de Beaumarchais pasado por la música de Rossini. Su impacto en aquel filme tuvo tanta repercusión que el director madrileño levantó sus siguientes proyectos tanto en Italia como en Alemania para el exclusivo lucimiento de la artista sevillana, haciendo de ella una de las principales figuras del cine musical español durante los años treinta y cuarenta del siglo XX. El filme se inspira en el popular pasodoble del maestro Antonio Álvarez, convertido en leitmotiv de la película con letra de Antonio Quintero, sobre el que el propio Perojo y Roberto de Ribón construyeron un argumento que cuenta con todos los tópicos de la Andalucía amable y risueña... Agitados patios de vecinos, enredos sentimentales, chistes de fácil digestión y sobre todo la voz y fotogenia de su estrella, sobre la que se sostiene la mayor parte del metraje y en cuyo lucimiento se edifican todas las situaciones. Ella es el alma de la película arropada por una multitud de canciones que se hicieron muy populares, especialmente el pasodoble titular que se convertiría en una de las piezas fundamentales de su repertorio junto a "Mi Jaca" y "María de la O". La interpretación de este pasodoble es uno de los momentos álgidos de la película y una escena antológica en la historia de nuestro cine. El instante en que en que la cámara recorre el barco escudriñando el rostro apesadumbrado de los pasajeros de tercera a los acordes de la inmortal música del maestro Álvarez mientras la nave abandona tierra española rumbo a América, parece reflejar el éxodo de cientos de españoles que vivían esa misma situación huyendo del horror de la guerra con el corazón partido por dejar su país y familia para siempre. En este sentido "Suspiros de España" se convirtió sin pretenderlo en el retrato del dolor y nostalgia de todos aquellos que se vieron obligados a partir hacia el exilio y Estrellita Castro en la voz del sentimiento al abandonar la patria, como dio en reflejarlo ya el maestro Penella años antes al incluirlo en los compases finales del número "En tierra extraña", uno de los éxitos incuestionables del músico y su musa, una joven valenciana llamada Conchita Piquer




Técnicamente el filme se beneficia de la preparación de los estudios alemanes, los mejor dotados de Europa en aquella época, aunque se adolece de las transparencias utilizadas cuando la acción transcurre en los exteriores sevillanos y la Habana, donde el trucaje es notable frente al resto de la cinta, aunque una parte de la misma se rodó en Sevilla, en el lujoso hotel Alfonso XII y el resto de interiores fueron filmados íntegramente en Berlín.




Acompañando a la estrella sevillana estaría el cómico Miguel Ligero inmensamente popular en la época, gracias a las películas rodadas junto a Imperio Argentina, que canta al alimón con Estrellita el tanguillo "La gitana teñía" sin duda intentando emular el éxito de las divertidas bulerías "¡Échale guindas al pavo!", que había interpretado junto a Imperio en la popular "Morena Clara" (1936), película que serviría de algún modo de inspiración a esta cinta de Perojo, de hecho el papel de Ligero en esta presenta no pocos paralelismos con el "Regalito" de "Morena Clara", tanto en figura, como en el espíritu del personaje, un andaluz vago y buscavidas de carácter cómico que sirve de puente a las relaciones entre la dama de la función y el galán, tan payo y sofisticado este último como el fiscal interpretado por Manuel Luna en la comedia de Quintero y Guillén, pero con un carácter más amable y accesible que este. En adelante la especialidad de Ligero consistiría mayormente en acompañar a las principales figuras folklóricas de la pantalla desde Juanita Reina a Lola Flores. La comicidad del actor , forjada en la zarzuela y las variedades, causaba furor en estos momentos, alcanzando un crédito similar al de las estrellas de estos filmes. Además de Ligero la película contaba con la participación del galán cantante Roberto Rey, otra de las estrellas de estos años, que ya había sido la pareja de Estrellita en "El Barbero de Sevilla", el primer título de ambos en Alemania y que venía de obtener un éxito formidable interpretando a Julián en la castiza "Verbena de la Paloma" rodada por Perojo en 1935. La característica Concha Catalá y el formidable veterano Alberto Romea completarían el breve reparto hispano que se veía ampliado con multitud de extras de diversas nacionalidades en las escenas de masas. 




Debido las circunstancias bélicas que se estaban desarrollando en nuestro país, la cinta se iría proyectando en distintas ciudades españolas a medida que están iban siendo tomadas por las tropas franquistas. De este modo conoce un primer estreno en Zaragoza en noviembre de 1938 y el siguiente en Sevilla y San Sebastián en enero del siguiente año, pasando a ser estrenada en Madrid y Barcelona a finales de 1939, una vez terminada la guerra civil. El filme sería estrenado también en Alemania con el título de "Nostalgia" en febrero de 1941, con una duración ligeramente inferior a la de la versión española. Las críticas hacia la cinta serían ya bastante duras desde el inicio tildándola de españolada en el sentido más peyorativo y considerando que el argumento era "convencional, ridículo y lleno de estereotipos", lo que no impidió que se convirtiera en uno de los mayores éxitos de este período, conociendo así mismo una buena carrera comercial en Latinoamérica donde contaba por desgracia con un nutrido grupo de exiliados políticos que se sintieron de inmediato identificados con el sentimiento de "adiós a España" del pasodoble titular, asegurando la continuidad cinematográfica de Estrellita Castro dentro del cine folclórico popular como la rival más directa de Imperio Argentina, aunque su carrera se desenvolviese en un cliché más estereotipado y por tanto menos interesante, que el de esta. 

Siguiendo una fórmula que el cine español repetiría a lo largo de toda su historia, en 1955 el propio Perojo produjo un remake del filme titulado "Suspiros de Triana" que sería dirigido por el gallego Ramón Torrado y protagonizado por la bellísima Paquita Rico y el cantaor Angelillo recién llegado a España desde su exilio argentino, al que se vio condenado precisamente por su ideología republicana al término de la guerra civil como uno de esos españoles que acompañaban la emoción de Estrellita Castro en su sentida despedida a la patria a los acordes de un pasodoble convertido desde entonces en leitmotiv de la inmigración y nostalgia por las raíces pérdidas.

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