Basada en una obra de Quintero y Guillén "Morena Clara" fue uno de los mayores éxitos del periodo republicano y la película más taquillera del cine español durante décadas. Imperio y su esposo Florián Rey estaban buscando nuevos argumentos para su siguiente proyecto tras el taquillazo que supuso "Nobleza Baturra" en 1935 y en cuanto vieron la obra escénica creyeron en sus posibilidades de convertirse en una película donde la estrella pudiera lucir todo su potencial como actriz y cantante. Atendiendo al resultado hay que decir que no se equivocaron. La obra se había estrenado con gran éxito en marzo de 1935 con la actriz Carmen Díaz como Trini, aunque la enorme difusión que tuvo la película no solo en nuestro país sino en todo el mundo opacaría la magnífica creación de la Díaz, haciéndose conocida desde entonces a través de la versión cinematográfica, al punto que posteriores reposiciones de esta en teatro incluirían las canciones que se popularizaron a través de la cinta de Rey y que no se encontraban en el original escénico.
Cuando se rodó "Morena Clara" Imperio Argentina ya era la máxima estrella del Cine hispano y con esta película no hizo sino reafirmar su estatus para perpetuarlo dejando su imagen grabada en la historia del Cine como una de las figuras más importantes de la pantalla hispana. No solo era una excelente cantante de gusto exquisito, sino una soberbia intérprete tanto en el melodrama como en la comedia, si bien es en este último género donde dejaría sus intervenciones más recordadas, dando rienda suelta a todo su potencial e iluminando la pantalla con una sonrisa que sería símbolo de la naturalidad y frescura de toda una época y lo cierto es que ella lo es todo en la película, marcando con su excelente interpretación, perfecta mezcla de folclore y alta comedia, el ritmo y la personalidad de la cinta.
Para acompañar a la protagonista se recurrió una vez más al cómico Miguel Ligero, su química con la estrella había quedado patente en los anteriores títulos a las órdenes de Rey y era otra figura enormemente popular, lo que garantizaba el rendimiento en taquilla, aunque inicialmente se empezó el rodaje con otro actor más joven que no fue muy del gusto de Florián por lo que se buscó de nuevo la colaboración del conocido actor. A pesar de ser madrileño de nacimiento, Ligero realiza una soberbia creación del gitano "Regalito", hermano de Trini, reposando sobre él una gran parte del espíritu cómico de la historia, que empasta de forma formidable con la creación de Imperio. Las bulerías "¡Échale guindas al pavo!" que ambos ejecutan con una comicidad deliciosa, es uno de los momentos más recordados de la cinta y han entrado por derecho propio en el repertorio de la canción española, al igual que los otros dos temas interpretados por la estrella. "El día que nací yo", ya se encontraba en el original escénico, no como canción, sino como un extenso recitativo a cargo del personaje de Trini, en el filme fue musicada por Mostazo para que la actriz la interpretara en una escena llena de poesía y lirismo. El plato fuerte lo constituye la zambra "Falsa monea" que ha quedado fija en la memoria popular como banda sonora de toda una época, fijando para la posteridad la imagen de Imperio llena de rabia y contenido dolor, mientras la cámara la acompaña en un inteligente "travelling" fuera del hogar que la había acogido, apostillando los sentimientos expresados en la letra de esta inmortal copla, como uno de los grandes momentos del cine popular de todos los tiempos.
El éxito de Ligero como Regalito terminaría por mimetizarse con la personalidad actor, que repetiría este papel con pocas variantes hasta la saciedad en multitud de cintas de temática folclórica acompañando a las principales estrellas musicales durante dos décadas. Siendo rescatado por Luis Lucia en la nueva versión de este clásico protagonizada por Lola Flores en 1954, donde por razones de edad pasaba de ser el hermano de la protagonista al tío de esta. Del resto del elenco destaca la sobriedad de Manuel Luna, galán de la cinta, en el papel del fiscal cuya seriedad y rectitud es el contraste definitivo a la contagiosa alegría de Trini acentuando la comicidad de esta en uno de los grandes aciertos argumentales de la historia. Gracias a este título Luna se convirtió en uno de los principales actores de nuestro cine con una sólida carrera a sus espaldas que se prolongaría hasta su fallecimiento en 1958. Los característicos Pepe Calle, María Bru y Carmen de Lirio, prácticamente olvidados hoy en día, pero figuras de renombre en el momento del estreno, completan el excelente reparto, que cuenta también con la participación de una joven y por entonces casi desconocida Luchy Soto como la hija ilegítima de Don Elías, padre del fiscal, actriz que se convertiría en una de las principales estrellas del cine español de posguerra, gracias principalmente a las comedias de salón de Juan de Orduña.
La película se estrena en el Cine Rialto de Madrid unos meses antes del estallido de la guerra civil y se convierte de inmediato en un fenómeno sin precedentes, permaneciendo en cartel hasta bien avanzada la contienda en ambos bandos, como imagen fija del cambio social y político que estaba a punto de producirse, extendiendo su éxito a toda Europa y Latinoamérica Finalmente es retirado de la zona republicana al conocerse que Imperio y Florián han sido contratados para rodar una película en la Alemania nazi, aunque continuaría su carrera imparable una vez finalizada la guerra, reponiéndose una y otra vez con idéntica acogida. El coste de la cinta cifrado en 520.000 pesetas de la época se superó solo con la recaudación en el local de su estreno, lo que da idea del fenómeno comercial que supuso la película en su momento, llegando a alcanzar más de las quinientas proyecciones consecutivas en el mismo cine.
El ritmo de la cinta es excelente, las situaciones cómicas irresistibles y la verborrea de los protagonistas deliciosa. Florián intenta dotar en todo momento a la cámara de movilidad para eliminar de este modo su procedencia teatral, utilizando el montaje, los travelling y sobreimpresiones como forma de contar la historia de un modo cinematográfico, aunque su exceso de diálogos y escenarios casi únicos siguen haciendo referencia al origen de la pieza en algunos momentos de la cinta. Un estilo de cine que sería imitado hasta la saciedad con menos originalidad y talento, en las siguientes décadas. Con la llegada de la dictadura el cine popular español perdió una parte importante de su espontaneidad volviéndose más rígido y acartonado, acentuando los falsos tópicos y convirtiendo la espontaneidad en cliché. Esto fue harto evidente en la continuación de la historia del fiscal y la gitana titulada "Gracia y justicia" dirigida en 1940 por Julián Torremocha con Mary Santamaría, Roberto Font y Salvador Soler Marí sustituyendo al elenco de "Morena Clara" y que pasó sin pena ni gloria por las pantallas, a pesar del llamamiento que se hacía en la publicidad del filme como 2ª parte de "Morena Clara".
Como ya se ha comentado en 1954 Luis Lucia filmaría una segunda versión del asunto con Lola Flores, Miguel Ligero y Fernando Fernán Gómez, que si bien no alcanzaba las cotas del original, se alzaba como una cinta divertida donde brilla la comicidad de su elenco y la originalidad de Lucia a la hora de dar la vuelta al argumento adaptándolo a los nuevos tiempos, permaneciendo como uno de los títulos más populares de la filmografía de Lola Flores cuyo temperamento brilla siempre por encima del argumento. Esta versión cuenta con un comentario propio en el canal cuyo enlace os dejo en la descripción del video para aquellos que queráis revisar las características de ambos filmes.
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