miércoles, 18 de octubre de 2017

Imperio Argentina... Forjando el mito (5ª Parte)





De vuelta a Argentina, aparte de otros proyectos, rueda a las órdenes de Benito Perojo dos títulos anodinos que ponen prácticamente punto final a su gloriosa carrera cinematográfica. Tanto "Los majos de Cádiz" (1947) como "Lo que fue de la Dolores" (1949) se justifican únicamente por el protagonismo de la estrella en los mismos, ya que a pesar de lo mediocre de su argumento y lo rutinario de su dirección, muestran que el magnetismo de Imperio sigue funcionando en la pantalla y constituye una delicia oírla cantar temas que ella borda con su habitual buen gusto, desde la copla clásica a la jota aragonesa. En 1948 regresa a España para protagonizar "La cigarra" a las órdenes de su ex marido Florián Rey, que tantos éxitos había obtenido junto a la artista en el pasado. Al parecer Rey no aceptó nunca su separación sentimental y  abordó este proyecto como empeño personal para lograr un acercamiento con la estrella. Imperio aceptó la idea con desgana, accediendo a hacerlo solamente a cambio de una fuerte suma monetaria con la esperanza de que la oferta fuese rechazada, sin embargo la productora aceptó pensando quizás que el reencuentro entre los dos talentos que más triunfos habían aportado al cine español eran una baza comercial segura. Intentando resucitar la fórmula de antaño, se contó incluso con la colaboración de Miguel Ligero con la intención de reforzar la parte cómica de la historia, sin embargo resultó un filme gafado desde el principio. El pobre resultado obtenido hace entrever la desgana con la que todos acogieron el proyecto, quedando como uno de los títulos menos recordados de estrella y director. Al terminar el rodaje Imperio regresa a Argentina poniendo tierra de por medio en esta situación.


En 1950 contrae matrimonio por segunda vez con el Conde de las Cabezuelas, divorciándose un año más tarde. Parece ser que la artista consideró siempre este matrimonio como un error lamentable guardando un recuerdo amargo del mismo.






En Argentina protagoniza "Café cantante" (1951) dirigida por Antonio Momplet, con la que se despide del cine durante casi una década. A la par de su paréntesis cinematográfico inicia una frenética actividad teatral, con triunfales giras personales por toda Sudamérica, una de las más celebradas junto al cantante Miguel de Molina, exiliado de España desde 1942, en cuya compañía recorrió en honor de multitudes Argentina y Uruguay. Por estos años Imperio se liga sentimentalmente al poeta Rafael de Penagos, que sería otro de los hombres importantes de su vida.




En 1952 tiene lugar uno de los mayores hitos de su dilatada carrera, su presentación en el "Carnegie Hall" neoyorkino, cuyas puertas solo se abren para recibir a importantes figuras de la lírica mundial. El concierto dio lugar a un desagradable incidente, dado que diversos grupos progresistas intentaron boicotear su actuación alegando que había sido la amante de Hitler, en alusión a su participación cinematográfica en la Alemania nazi. Hizo falta la intervención de importantes personalidades de la política y cultura americanas, como la señora del presidente Roosevelt o el mismísimo Tennessee Williams que elogiaron el trabajo de la artista y se confesaron rendidos admiradores de su arte, convirtiendo el boicot inicial en un éxito multitudinario. Imperio es recibida en su primera aparición en escena con más de once minutos de atronadores aplausos. El programa estaba compuesto por una selección de sus canciones más conocidas y tuvo tanto éxito que hubo de repetirse a la semana siguiente con idénticos resultados. Hoy día existe una edición en compact disc de este histórico concierto que nos ayuda a revivir toda la expectación del momento, dando cuenta de la grandeza y arrebatadora presencia de esta genial artista... (continuará)

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