miércoles, 4 de octubre de 2017

Concha Piquer... Nace "La Piquer" (4ª parte)



Al finalizar la guerra civil, con sus primeros espectáculos a comienzos de los años cuarenta nace "La Piquer". La artista mítica que con su talento y sabiduría convierte la canción española en género autónomo con personalidad propia, convirtiendo su nombre en leyenda y su voz en icono de la posguerra. Hasta entonces la Copla se hallaba mezclada con el cuplé y las variedades y aunque ya tenía magníficos cultivadores, como Pastora Imperio, Miguel de Molina o Estrellita Castro, no estaba dotada de una entidad y estilo propios, ni poseía unas bases definidas. Con ayuda del mítico trío Antonio Quintero (escenógrafo), Rafael de León (letrista) y Manuel Quiroga (músico), Concha Piquer monta el espectáculo "Ropa tendida" (1942) que a decir de los entendidos supone el nacimiento del género como tal. En él la artista interpreta entre el delirio del público algunos de los temas que le harían famosa como "A la lima y al limón", "La Lirio", "Sevillanas del Espartero", "Almudena", "Eugenia de Montijo", "La Caramba" y "Dime que me quieres", canciones todas ellas inmortales que van conformando un catálogo lleno de belleza y calidad.




Nada más terminar la contienda civil se embarca en el difícil compromiso de sustituir a la gran Imperio Argentina en el universo cinematográfico de Florián Rey al protagonizar "La Dolores" (1939), basada en la ópera de Bretón y primera película del director aragonés tras la separación artística y sentimental de Imperio, que había sido su mujer y su musa durante la etapa de mayor esplendor de la carrera de ambos. Esta circunstancia se notó en la película, lo cual empaña la brillantez y acabado de un filme que se mantiene, por otro lado, en la mejor línea popular de su director, lo que no impide que a partir de entonces la carrera de Florián iniciase una progresiva decadencia, haciéndose cada vez menos interesante y rutinaria, hasta terminar dirigiendo una serie de películas de encargo desprovistas de todo interés y creatividad. Conchita se muestra, sin embargo, muy convincente como actriz y exquisita como cantante, logrando salir airosa de un cometido nada sencillo dadas las circunstancias.




Sin embargo donde la carrera de Conchita no encuentra parangón será en los escenarios. Con cada espectáculo estrenado durante estos años añade un nuevo quilate a la historia de la canción española, a la par que crece su fama de profesional seria y autoritaria y comenzaban a prodigarse sus idas y venidas de un lado a otro del Atlántico presentando sus mayores éxitos, que el acerbo popular acuñaría con la frase "viajas más que el baúl de la Piquer". Su indiscutible profesionalidad y afán de calidad le llevó a rodearse siempre de grandes figuras con la intención de ofrecer al público lo mejor. Por sus espectáculos pasarían artistas de la talla de Juanito Valderrama, Rafael Farina, "La niña de los Peines", Manolo Caracol, Amalia de Isaura, "Caracolillo", María Rosa y un largo etc.




Obras como "Retablo español" (1943-1944), "El puñal y la rosa" (1947) o "Tonadilla" (1949), llenaron el paisaje musical de los años cuarenta con éxitos como "Carcelera", "Ojitos de sol y sombra", "Romance de la Otra", "La guapa, guapa", "Cría cuervos" o "Romance de la reina Mercedes" entre otros. Todos estos espectáculos fueron pensados y creados para la estrella por Quintero, León y Quiroga, los autores que más títulos de éxito le regalaron a lo largo de su carrera formando una parte importante de su leyenda. A pesar de ello a finales de los 40 la artista tuvo un enfado con sus autores exclusivos recurriendo a otro triunvirato glorioso de la canción española, Ochaita, Valerio y Solana que escribieron para ella "El puñal y la rosa" (1947). El motivo de esta ruptura temporal fue "El cuento de María Millones", espectáculo escrito por sus habituales Quintero, León y Quiroga para Juanita Reina, la rival más directa de Concha Piquer. Estando de gira por América Conchita solicitó al maestro Quiroga que le enviase algunas canciones nuevas y este le envió las de la obra que estaba representando Juanita en España con gran éxito. Al enterarse de esta circunstancia la temperamental Conchita rompió relaciones con sus autores de siempre. No obstante este disgusto no duró demasiado ya que tras el enfado inicial la Piquer volvería a recurrir al trío para componer el resto de sus espectáculos hasta el final de su carrera.




En 1944 durante el transcurso de una gira por Argentina nació su hija Concha Márquez Piquer. Al quedarse embarazada de Antonio Márquez sin estar legalmente unidos, la artista prefirió dar a luz fuera de España, ya que entre la pacata sociedad de la época hubiera sido señalada madre soltera. La niña tuvo una madrina de excepción, nada más y nada menos que Eva Duarte de Perón gran amiga de Concha. La controvertida "Evita" salvó años más tarde a la pequeña de una muerte segura, cuando a su regreso a España contrajo el tifus y Eva hizo llegar vía aérea el medicamento necesario para combatir el virus, aún no comercializado en Europa.




Diez años después de su anterior experiencia cinematográfica se pondría de nuevo delante de las cámaras para rodar "Filigrana" (1949), dirigida por Luis Marquina. En esta ocasión se trataba de servir un vehículo donde la estrella pudiera lucir su voz y personalidad.  Tanto la película como su argumento no se libran de la mediocridad característica del cine musical de la época, pero tiene la ventaja de mostrarnos a la artista en el momento de su máximo esplendor, plena de facultades, interpretando algunas de sus creaciones más famosas, como los inmortales "Ojos verdes", eso sí en su versión censurada. Rafael de León rehízo la letra de la canción para adaptarla a la historia y evitar el encontronazo con la censura, aunque la interpretación de la artista la mantuvo llena de belleza y poesía, una auténtica delicia. Sin embargo la película no constituyó un éxito mayoritario en ningún sentido, quedando claro que el público prefería a la Piquer escénica, donde era un auténtico ídolo de masas... (continuará).

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