jueves, 10 de marzo de 2022

"La canción de Aixa" (1939) Florián Rey

 


Rodada, al igual que “Carmen, la de Triana” (1938), en los estudios alemanes de la UFA, aunque con exteriores en Tánger y el Sahara español, “La canción de Aixa” constituye el único fracaso artístico y comercial del tándem formado por Florián Rey e Imperio Argentina. Sin duda alguna no es ajeno a ello la crisis sentimental que estaba viviendo el matrimonio por entonces, lo que se tradujo en la desgana con que fue acogido el proyecto y la falta de creatividad que impregna la película a lo largo de todo su metraje. La propia Imperio comentó al respecto en una entrevista "Se notaba en ella que Florián y yo nos estábamos distanciando y que yo quería separarme. Había sus más y sus menos entre nosotros y eso se refleja en la pantalla. Hacía todo lo posible por no trasmitirlo, pero mi situación era tremenda con él, pues me estaba haciendo la vida imposible. El a mí y yo a él, claro. Era una relación muy difícil, teniendo en cuenta que siempre habíamos estado muy unidos". Nadie sabe que empujaría a ambos a embarcase en un encargo tal falso y aburrido, lleno de situaciones absurdas y moros de guardarropía. Imperio se encuentra con el primer bache en una carrera hasta entonces jalonada de éxitos, viéndose en todo momento perdida y desaprovechada en el exótico papel de la mestiza Aixa, un personaje que ninguna actriz hubiese podido levantar de puro artificioso y aburrido. La estrella intenta dar entidad a un personaje que carece de vida y carácter, prestando su voz magnífica a unas canciones que hoy permanecen tan olvidadas como la propia película, a pesar de estar compuestas por el maestro Federico Moreno Torroba, autor de zarzuelas tan prestigiosas como “Luisa Fernanda” o “La chulapona”.



La película es uno de los cinco largometrajes de ficción llevados a cabo por la Hispano Film Produktion en Alemania durante la guerra civil española, hasta donde se habían desplazado un grupo de actores y técnicos españoles ante la imposibilidad de rodar en aquellos momentos en nuestro país. Los cinco largometrajes tendrían raíces folclóricas siendo sus protagonistas Imperio Argentina y Estrellita Castro, dirigida por su esposo Florián Rey la primera y por el madrileño Benito Perojo la segunda. Este sea posiblemente el más desangelado y mediocre de todos ellos, en parte por culpa de un guion mal abordado que no genera ningún tipo de interés dramático, quedándose a medio camino entre la aventura de tintes orientales y el melodrama musical. Ni siquiera la dirección de Rey consigue salvar a la cinta de sus principales escollos. Tras habernos obsequiado con unos títulos llenos de inventiva y garra popular, Florián nos sorprende con una dirección rutinaria y carente de todo interés con respecto a sus anteriores trabajos, descuidando el resultado final. En realidad tanto “La canción de Aixa”, como su ruptura con Imperio Argentina, constituyen el principio del fin de este gran director que, aunque aún consiga algún acierto en la década siguiente, no volverá a alcanzar el triunfo a nivel artístico y comercial obtenido con sus anteriores films dirigiendo a su esposa. Tras la ruptura matrimonial su carrera sufre diversos altibajos, hasta acabar dirigiendo una serie de películas de encargo carentes de toda personalidad y ambiciones artísticas. Cintas “alimenticias” planteadas, en general, para el lucimiento de las distintas estrellas folklóricas del momento.



El resto del reparto hace lo que puede en sus respectivos cometidos encontrándose tan perdidos como la misma Imperio. Ni siquiera el siempre eficaz Manuel Luna consigue superar la artificiosidad de su personaje, limitándose a permanecer serio y altivo. Parece ser que el popular Miguel Ligero era el actor destinado para papel de José, el tío de Aixa en la película, pero tal vez temiendo el desastre que se les venía encima el cómico rechazó la oferta, desempeñando finalmente el rol Pedro Barreto, que ya había interpretado en “Carmen la de Triana” al gracioso Salvador, picador de la cuadrilla del torero Antonio Vargas.



Tras el bache que supone “La canción de Aixa” y su divorcio de Florián, Imperio se marcha a Italia donde protagoniza una versión de “Tosca” (1940) dirigida por el alemán Carl Koch, quién se hizo cargo de esta a la partida de Jean Renoir, que había iniciado la película y se vio obligado a abandonar el proyecto ante la inminente entrada de Italia en la segunda guerra mundial. A pesar de este interesante proyecto la estrella no volvería a recuperar nunca su estatus cinematográfico, tan solo el filme “Goyescas” (1942) de Benito Perojo le devuelve parte de su antigua gloria presentándonos a la actriz de sus mejores títulos, aunque ciertamente hubiese mermado parte de la frescura y espontaneidad que la hizo famosa, como si la ruptura sentimental con Rey hubiese restado fuerzas a su innata capacidad de iluminar la pantalla con su brillo personal.
  La película se estrenaría el 08 de Abril de 1939 en Barcelona y el 01 de Mayo en Madrid, por lo que se convierte en uno de los primeros estrenos cinematográficos, sino el primero tras el fin de la guerra civil.


              

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