Esta sevillana de serena belleza y espectacular voz fue durante muchos años soberana del cine y la canción, la única capaz de disputarle a toda una Concha Piquer el trono de la Canción Española. En la pantalla dejó al menos dos interpretaciones muy queridas, aquellas dos "Lolas", "La piconera" y "la que se fue a los puertos dejando la isla sola", creaciones ligadas por siempre a su memoria e inspiración para toda una generación de folklóricas anhelantes de imitar su estilo y replicar su éxito.
Juana Reina Castillo, nació en el sevillano barrio de "La Macarena" el 25 de Agosto de 1925. Desde muy temprana edad mostró grandes actitudes para la canción, aprendiéndose de corrido el repertorio de sus ídolos de juventud, Imperio Argentina, Estrellita Castro y Pastora Imperio, encontrándose desde el principio con la oposición de su padre, Miguel Reina, que no veía con buenos ojos la profesión de artista ni el concepto ético asociado a la misma. A pesar de las reticencias iniciales Don Miguel, viendo el formidable talento de su hija, cedió finalmente a sus inquietudes con la condición de ser él mismo quien la acompañase en todas sus actuaciones y dirigiese personalmente su carrera. Tanto es así que durante los siguientes años sería el padre quién respondiera a las preguntas de los periodistas en nombre de su hija y quién le repasase los guiones corrigiéndola fallos y falsas entonaciones antes de rodar, además de apartar a pretendientes y moscones atraídos por la belleza y popularidad de la niña, por lo que llegaría a ser conocido como "el telón de acero de Juanita Reina".
Debutó con el espectáculo "Los Churumbeles" donde hizo popular la canción del mismo título. Dado el éxito de esta primera experiencia, su padre quiso que la carrera de su hija contase desde el principio con la baza del prestigio, recurriendo a los mejores autores de la época Quintero, León y Quiroga que escribirían para ella su siguiente espectáculo "Tabaco y Seda", con la que se dio a conocer en toda España. El éxito obtenido con sus espectáculos, sobre todo en Andalucía, hace que pronto reciba la llamada del cine. Un primer contacto con el popular Florián Rey, le brinda la oportunidad de debutar en la pantalla a las órdenes de Claudio de la Torre como protagonista de "La Blanca Paloma" (1942), adaptación de la novela de Alejandro Pérez Lugín, llevada en diversas ocasiones al cine, "La Virgen del Rocío ya entró en Triana" pensada inicialmente como vehículo de Estrellita Castro, pero que terminó realizando la artista con apenas 17 años. Juanita estuvo perfecta como "la señita Esperanza", personaje que encajaba como un guante en su estilo e imagen de señorita de buena familia, piadosa y alegre. La artista demostró sus cualidades para el cine en base a una fotogenia extraordinaria, luciéndose además en las cuatro canciones de León y Quiroga incluidas en el filme que suponían una de las bazas fuertes del mismo.
Volvería a incidir en el tema de la andaluza garbosa en "Macarena" (1944) bajo la dirección de Antonio Guzmán Merino y Luis Ligero, acompañada nada menos que por el popular cómico Miguel Ligero, que cantaba y bailaba con ella "La Ventolera", intentado emular quizás el recuerdo de otro inmortal tanguillo, "¡Échale guindas al pavo!", que el propio Ligero interpretaba al alimón con Imperio Argentina en "Morena Clara" (1936), uno de los mayores éxitos de nuestro cine. Por lo demás la película era una simpática comedia que contaba las vicisitudes y amoríos de un patio de vecinos situado en el popular barrio sevillano... (continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario