lunes, 4 de diciembre de 2017

Carmen Sevilla... La novia de España (1ª parte)



Poseedora de una belleza soberana y una simpatía arrebatadora, la dama de las ovejitas fue en su juventud "la novia de España", la sonrisa más sana y feliz exportada allende nuestras fronteras. De la mano de Luis Mariano se convirtió en una estrella cinematográfica de primera magnitud, gracias sobre todo a esas "Violetas Imperiales" con las que conquistó al público dentro y fuera de nuestro país, pero antes del feliz encuentro con "el príncipe de la Opereta" la simpática Carmencita llevaba rodadas seis películas en las que ya había dejado patente su fotogenia y su talento para el cante y el baile, que la convertirían en una de las favoritas de la década de los cincuenta, formando junto a sus amigas y comadres Lola Flores y Paquita Rico lo que dio en llamarse "el triunvirato del cine folklórico" o en palabras del siempre ocurrente Terenci Moix "El filón del Osú".


Cuando ya asentada su carrera se le dio la oportunidad de abordar proyectos de mayor calado descubrimos con admiración que además podía ser una buena actriz, sin duda alguna la más versátil y cinematográfica de cuantas estrellas de la canción andaluza surgieron al amparo del esplendor del género en la pantalla, con el permiso de Paquita Rico, aunque Carmen tendría a la larga una carrera más interesante y duradera que esta otra. De todas ellas Carmen fue la que desempeñó un papel más moderno, seguramente porque su físico y su voz se alejaban un tanto de la imagen racial al uso. Vino a representar un papel parecido al de las vecinitas de enfrente del cine americano. Aunque hubo concesiones al folklore tradicional siempre estuvo más cercana a la novia confidente, la compañerita ideal, la amiga cercana, que al carácter pasional de Paquita o el temperamento arrebatador de Lola. Como ella misma proclamaba en su canción bandera siempre fue aquella "Carmen de España, cristiana y decente", nunca sorprendería con hijos a destiempo, amores encontrados, ni pasiones contradictorias. Carmencita fue durante años la mayor representante de las virtudes de "la raza" y como tal se la mimó tanto artística como socialmente. Su carrera e imagen fueron sabiamente cuidadas dosificando las dosis de ternura, sofisticación y controlada sensualidad a partes iguales. Porque no podemos olvidar que Carmen era, como se decía entonces, una real hembra que siempre jugó al erotismo inocente aunque repleto de picardía, capaz de protagonizar el despertar sexual de toda una generación.




Carmen García Galisteo nació el 16 de Octubre de 1930 en Sevilla. Hija del letrista de canciones andaluzas José García Padilla, más conocido como "Kola", fue tentada por el gusanillo del arte desde edad muy temprana. Con tan solo trece años debutó en la compañía de Estrellita Castro, amiga de su padre, en el espectáculo "Rapsodia Española". Posteriormente formó parte de las compañías de El Príncipe Gitano, Paco Reyes y el Marqués de Montemar, en la cual se encontraban también dos jóvenes talentos destinados a convertirse en primerísimas figuras cada una en su estilo, Paquita Rico y la bailarina Ana Esmeralda. La carrera artística de Carmen y Paquita está trazada con cierto paralelismo, ya que las dos interpretaron papeles que en algún momento alguna de ellas rechazó y las dos fueron probadas para el personaje protagonista de "Serenata Española", (1946) de Juan de Orduña, que terminaría interpretando Juanita Reina. En cualquier caso Carmen logró hacerse con un pequeño papel en aquella película, una biografía de Isaac Albéniz, que se convertiría en su desconocido debut en la gran pantalla. Un año antes en 1945 había participado con un papel sin frase en el documental de Domingo Viladomat "Hombres ibéricos" donde se hacía patente su excepcional fotogenia, en cualquier caso su primera intervención destacable la realizaría coprotagonizando junto al astro latino Jorque Negrete la película "Jalisco canta en Sevilla" (1947), considerándose este el verdadero arranque de su carrera cinematográfica. Recibiendo su primer beso del Charro por excelencia, Carmencita entra en el mundo del cine por la puerta grande y con una proyección importante para una debutante, dado que la cinta era la primera coproducción con México realizada en nuestro país.




Su siguiente filme también tendría carácter de coproducción, en este caso con Argentina, aunque "La guitarra de Gardel" (1948) fue una rutinaria historia planteada para el lucimiento del cantante de tangos Agustín Irusta, donde se limitó a poner encanto en su baile y decorar con su presencia las hazañas del protagonista. Secuestrada en adelante por el cine se convirtió en la prometida "del hijo" de Conchita Piquer, en uno de las escasas incursiones en el cine de la reina de la copla en "Filigrana" (1949) dirigida por el veterano Luis Marquina con su habitual sabiduría. Hasta ese momento Carmen se había limitado a ser el contrapunto de grandes figuras de la canción en filmes montados para el lucimiento de dichas estrellas, pero en su siguiente película "La Revoltosa" (1949) recibiría su primer protagonista absoluto. Poco importó que su voz fuese doblada en los diálogos, su frescura interpretativa y su belleza se hicieron limpiamente con el papel de la célebre Mari Pepa, lo mismo que sucedería con el simpático casticismo del excelente Felipe interpretado por un jovencísimo Tony Leblanc en una de sus primeras intervenciones importantes. Tras el éxito de este filme se pondría a las órdenes del mítico Florián Rey en "Cuentos de la Alhambra" (1950) basado en la novela de Washington Irving y tendría su primer encuentro con una de sus parejas ideales, al que permanecerá eternamente asociada en la memoria sentimental de varias generaciones, el inolvidable Luis Mariano... (continuará)

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