viernes, 23 de junio de 2023

“Pelusa” (1960) Javier Setó

 


A finales de los años cincuenta el enorme éxito del filme de Orduña “El último cuplé” trajo consigo un aluvión de películas en la misma línea nostálgica que coparon el musical español durante los siguientes años. Marujita Díaz fue una de las artistas que se sumó a esta corriente con la película “Y… Después del cuplé” (1959) consagrándose como estrella de cine. La fortuna obtenida con este título animó a la avispada Marujita a crear su propia productora cinematográfica con la cual servirse espectáculos donde poder lucir su donaire y facultades como actriz y cantante. La primera película de “Producciones MD” sería la cinta musical “La Corista” (1960), a la que seguiría esta “Pelusa” que se convertiría en el mayor triunfo de su carrera cinematográfica y uno de los clásicos del cine musical español. Pensada para el lucimiento exclusivo de su protagonista, la historia está servida para que esta haga realmente de todo… Ríe, llora, canta e incluso camina sobre el alambre, en un afán incombustible por demostrar su talento que llega a resultar agotador como centro absoluto de la trama. Tanto es así que el cuento en el que se basa el guion fue escrito por la estrella sevillana y su hermana durante la gira del espectáculo revisteril “La princesa alegría”, siendo adaptado para la pantalla por Luis de los Arcos y José Manuel Iglesias. Es decir nació de la imaginación de la artista con la intención de dar vida a su megalomanía.

La película cuenta la historia de Pelusa, una muchacha inocente y buena que trabaja en un circo de medio pelo como payaso haciendo un número de clown con su padre, un hombre alcohólico y destruido desde que su hija y él fueron abandonados por su esposa. Esta última regresa de forma inesperada convertida en una gran estrella de la revista con la intención de llevarse a Pelusa a París a fin de convertirla en primera vedette. La historia se completa con el romance entre la muchacha y uno de sus compañeros de circo que culmina con el triunfo de Pelusa como artista y el previsible final feliz.

Marujita volcó su esfuerzo y recursos en el personaje, explotando una vena tragicómica que gustó mucho en la época, obteniendo el premio a la mejor actriz otorgado por el Sindicato Nacional del Espectáculo de aquel 1960, el equivalente a los actuales premios Goya de la Academia. Visto hoy día el filme resulta demasiado simple en su planteamiento, explotando un sentimentalismo facilón y una comicidad grotesca, pero aun así no deja de alzarse como un espectáculo entretenido en el que la mezcla de ternurismo y canciones juegan una baza segura entre el público. Los números musicales, arreglados por el maestro Gregorio García Segura, son sin duda uno de los platos fuertes y consciente de ello la artista pone todo su talento a disposición presentando un catálogo de diversos estilos musicales en los que sobrevuela la sombra alargada de Sara Montiel, a quién siempre se le acusó de imitar, sino en voz si en estilo y planteamiento de su personaje. La versatilidad de Marujita se pone de manifiesto interpretando con singular acierto lo mismo el tango “Melodías de arrabal”, que el cuplé “La pequeña Tonkinesa” o los pasodobles “La Virgen de la Macarena” y “Soldadito español”, este último original de la revista musical “La orgía dorada”, sería uno de los pilares del repertorio de la artista desde entonces.

El galán de la función sería el fornido y anodino Espartaco Santoni, pésimo actor esposo de la artista por entonces y coproductor del filme. El empeño de Santoni por desarrollar una carrera para la que en absoluto estaba preparado, sería uno de los principales lastres de los vehículos de la Díaz, en los que se atribuyó el protagonismo masculino impidiendo que ésta se rodease de galanes de mayor interés y proyección. La actriz francesa Viviane Romance y un maduro pero magnífico Roberto Rey intervenían como madre y padre de Pelusa respectivamente. Dos secundarios de excepción completaban el grueso principal del reparto, Félix Fernández como el dueño del circo y Antonio Riquelme como un escuálido y cómico domador de leones.


El éxito de la película se hizo extensivo a otros países donde se estrenó con el título de “La Cenicienta del Circo” (México) y “Os milagres de Pelusa” (Portugal). La actriz quedó tan identificada y agradecida al personaje que siguió utilizando de forma bastante burda su caricatura tanto en cine como en televisión, sacando a pasear a “Pelusa” en la película “Han robado una estrella” protagonizada por la niña prodigio Estrellita y financiada por su productora MD y en el programa musical televisivo “Música y estrellas” que la artista realizaría en los años setenta con el objetivo de lucir sus múltiples facetas como actriz y cantante.